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La muerte de un trabajador expone el peligro y el abuso laboral en las granjas

La muerte de un trabajador deja expuesto el peligro y el abuso laboral en las granjas

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El viernes 8 de abril, mientras ordeñaba las vacas en una granja en Verona, Nueva York, Pedro Joj, un ranchero guatemalteco de 42 años, tomó un descanso y regresó a su hogar para tomar una pastilla de Tylenol. Le dolía la cabeza, y tenía un mareo detrimental. Momentos después, su hijastra, de 9 años, lo encontró en el piso– su cuerpo convulsionando. 

Cuatro días desde que le llevaron al hospital de St. Luke’s en Utica, a 25 minutos en carro desde rancho donde él trabajaba, Joj murió cuando el doctor recomendó quitarle el soporte vital.

Una semana antes de su muerte, Joj sufrió un accidente donde una puerta pesada del rancho le pegó en su cabeza. Su esposa, Marlene Chial-Yac, dice que, desde el golpe, él tuvo dolores de cabeza que desaparecieron eventualmente. Cómo varios trabajadores del rancho, Joj no reportó el accidente a su supervisor que se llama Matt Rapasadi. 

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Chial-Yac recuerda que su esposo estuvo a cargo de la alimentación, limpieza, ordeño, inyección de antibióticos, y el parto de las vacas. Joj, según su esposa, trabajaba de 11 a 12 horas todos los días, 7 días a la semana. El recibía un salario de una pizza y 620 dólares, o $7.70 por hora– una figura debajo del salario por hora mínimo del estado que requería $12.50 en el 2021, y $13.20 en el 2022. Documented estima que a Joj no le pagaron $28.500 en sus 15 meses de trabajo en la granja.

La mala paga por el trabajo que excede más de 40 horas semanales no es algo raro, según el reporte del Instituto de Política Económica, que analizó datos gubernamentales que demuestran que el robo de salario ocurre en las industrias que dependen del trabajo de personas indocumentadas, como la de agricultura. 

Joj y su esposa asumieron que le estaban robando el salario, pero no se quejaron por temor a perder el techo otorgado por el empleador. Durante los cuatro años que estaban juntos, la pareja vivió separada dos veces– ya que Joj estaba en una rancho-hogar que era solo para hombres. 

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“Un trabajador muy responsable”

Chial-Yac conoció a Joj por medio de Facebook, cuando ella aún vivía en Guatemala. Joj había tenido una esposa antes, y un hijo adulto en los Estados Unidos. Ellos conversaron por meses, antes de que Joj le propuso la pregunta para ser novios. Al no tener una foto perfil, Chial-Yac estuvo nerviosa de aceptarlo pero decidió ser su novia después de que conversaron por medio de una llamada video-telefónica.  Ella dice que él era encantador. Después de tres años de una relación a larga distancia, ella emigró con su hija a los EE UU. En el 2020 los dos tuvieron un hijo juntos. 

Chial-Yac dice que Joj fue un esposo amable, y un padre ejemplar que trató a su hija como si fuera suyo. “El era un trabajador muy responsable, y siempre trataba de mantener a su jefe feliz. Cuando descansaba a el legustaba estar con los niños, y bromeaba cuando visitamos las tiendas. Cuando había problemas él siempre era muy paciente”, ella recuerda. 

Los indocumentados tienen miedo que sus jefes les despidan, si ellos reportan formalmente sobre accidentes o heridas, Beverly Sirvent, de Finger Lakes Community Health, un centro de salud multilingüe, explico. Ella dice que los trabajadores agrícolas evitan reportar lesiones porque “piensan que el jefe le culpará del incidente”. Sirvent mencionó que los trabajadores también temen ser reportados a la autoridades de inmigracion. 

Agregó que los indocumentados desconfían de los abogados ya que han gastado miles de dólares en representación legal. Por ejemplo, Chial-Yac pago $2.000 a un abogado que inmigracion que nunca le devolvió sus llamadas. 

Jessica Maxwell, directora ejecutiva del Centro de Trabajadores del Centro de Nueva York, dice que “la cultura en los ranchos es más familiar que de negocios. Por lo tanto, los trabajadores no tienen incentivos para iniciar procedimientos legales, particularmente cuando su empleador les dice que pagarán la factura del hospital”. Maxwell explicó que si la primera lesión resulta en otro accidente o en efectos secundarios, es más difícil traer un caso de compensación ya que el primero no fue reportado. 

El último día Joj se fue a trabajar antes del amanecer. Chial-Yac se levantó después a hacer tamales, los antojos preferidos de Joj. Ella planeaba salir con sus hijos al cumpleaños de su sobrino en la casa de su hermano. “Tuve una sensación que me dijo que no fuera”, dijo a Documented. “Gracias a dios no fui [al cumpleaños] porque él hubiera muerto solo”, ella contó. 

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Cuando la hija avisó a Chial-Yac que Joj estaba en el piso, Chial-Yac fue donde él rápidamente mientras un compañero llamó a la ambulancia. Joj trató de hablar mientras recuperaba el conocimiento, pero fue en vano. Chial-Yac le dijo que se relaje, que todo estaría bien. Inicialmente, Chial-Yac dijo, el supervisor ofreció llevarla al hospital en su carro. Pero, después, Rapasadi mando a otro trabajador con $70 que buscara un taxi– lo cual era imposible a esa hora. 

Al final, Chial-Yac llegó al hospital a las 6 de la mañana del día siguiente, abril 9. Las recepcionistas le dijeron que no tenían un récord de Joj, lo cual causó una búsqueda que duró 10 horas. Ella pensó que su esposo ya estaba muerto. Pero, eventualmente, descubrió que el hospital había escrito el apellido de su esposo mal. A las 4 de la tarde, ella se sentó a lado de la camilla de su esposo donde Joj estaba en coma.  

El sábado 12 de abril, Joj fue declarado que tenía muerte cerebral. Los doctores recomendaron a Chial-Yac y al hijo de Joj, quien había visitado el hospital, que le sacaran a Joj del soporte vital y que donaran sus órganos. El jueves 21 de abril, Joj fue enterrado en Prospect, Nueva York. 

Los trabajadores desconfían del sistema

Un estudio en el 2014 descubrió que el gobierno de los EE UU falló en identificar al menos 75% de lesiones no fatales en las granjas, debido a la negligencia del empleador o a la “subdeclaración intencional” por parte de los empleadores o empleados.

La Ley de Prácticas Laborales Justas para Trabajadores Agrícolas (FLPA, por sus siglas en inglés) de Nueva York de 2019 intentó corregir la mala práctica de la falta de denuncias al requerir que los empleadores, dueños, supervisores, jefes y contratistas reporten todos los accidentes y lesiones. La abogada de New York Civil Liberties Union, dijo que la enmienda se hizo “como un reconocimiento de las varias razones (miedo, intimidación, acceso al idioma, etc.) que impidió a muchos trabajadores agrícolas reportar oficialmente una herida.”

“Los trabajadores tienen un problema confiando en sus derechos,” Angie Hernandez, una organizadora con los Trabajadores Agrícolas Unidos, dijo. Hernandez, ex-trabajadora-de-granja, es una de las personas ayudando a Chial-Yac. “Deberíamos tener vergüenza”, explicó, mencionando que ha visto a varios trabajadores heridos que no han buscado ayuda médica, o casos de compensación. 

Cuando Chial-Yac regresó a su hogar a recoger sus pertenencias, se sorprendió al encontrarse con una nueva pareja. Los nuevos habitantes dijeron que fueron ordenados a limpiar el lugar, y que, tal vez, Rapasadi fue la persona que descartó sus pertenencias. Chial-Yac se enteró que la nueva pareja se fue del rancho, y se quejaron que el trabajo era mucho para una sola persona, y que, también, la paga era muy baja. 

Los trabajadores que viven en lugares proporcionados por los empleadores tienen los mismos derechos que otros inquilinos en Nueva York: ellos, y también sus pertenencias, no pueden ser desalojados sin una orden judicial. Chial-Yac logró recuperar la mayoría de sus pertenencias, pero perdió varios artículos de su cocina, y también $60 en compras que había hecho el día antes de la hospitalización de Joj. Según Chial-Yac, el supervisor no visitó el hospital, no asistió al funeral de Joj, y no ofreció sus condolencias. 

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Según los registros de propiedad y los depósitos hechos por “Louis Mario &.” en la cuenta de banco de Joj, parece que la granja está a cargo de Louis DeMario & Sons LLC (una operación agrícola que incluye productos lácteos). La compañía y Rapasadi no respondieron las llamadas de Documented

En mayo 1, una publicación hecha en facebook, decía: “Mark & Matt Rapp y su equipo trabajando el domingo para plantar las cebollas para DeMario Farms”. La publicación tenía enlaces a los perfiles de Matt Rapasadi y Greg DeMario, que indicaban que Rapasidi trabaja para DeMario & Sons LLC. Joj nunca recibió talonarios de la compañía. Es común que los trabajadores nunca sepan el nombre de las compañías para las que trabajan. 

Chial-Yac está muy nerviosa por involucrar a los abogados en la muerte de su esposo– ha considerado irse del estado. Dice que su hijo de dos años extraña a Joj, y cuando le pregunta sobre su papá, ella le dice que “[el] está con la vacas”. Su hija ha dicho que tiene pesadillas la mayoría de las noches en las que revive el momento que encontró a Joj en el suelo.

Olivia Heffernan

Olivia Heffernan is a journalist and documentary filmmaker. Her work focuses on criminal justice, immigration policy and labor rights, as well as the intersection of all three. She has been featured in The Marshall Project, The Appeal, NY Daily News, Brooklyn Eagle, and more.

Maggie Gray

Margaret Gray is an associate professor of political science at Adelphi University and the author of Labor and the Locavore: The Making of a Comprehensive Food Ethic. Her commentary has appeared on news sites including the New York Daily News and The Buffalo News and she has been quoted in the New York Times, Newsday, and other news outlets.

Rommel H. Ojeda

Rommel is a bilingual journalist and filmmaker based in NYC. He is the community correspondent for Documented. His work focuses on immigration, and issues affecting the Latinx communities in New York.

@cestrommel

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